Si buscas un toque exótico para tu jardín, el mangave te ayudará con eso; una planta mexicana estilo suculenta que es muy decorativa para el exterior de tu casa, además de que es muy sencilla de cuidar.
Se trata de una especie muy fuerte y resistente, además de hermosa. Porque la naturaleza no deja de sorprendernos y es todo un mundo por descubrir, el mangave es una peculiar combinación entre la manfreda y el agave, y será muy difícil que no quieras tener una en casa.
El mangave: una planta resistente
El mangave es una planta robusta que crece formando una roseta de hojas; esta planta suele ser plana y carnosa, que termina en forma de punta y posee tonos que van del verde al gris, incluso al rosado.
Una de sus más grandes características es que su crecimiento es demasiado rápido, claro, siempre y cuando sus cuidados sean ideales para su especie. Si se llevan al pie de la letra, es muy probable que alcance hasta los dos metros de altura, aunque si lo plantas en maceta no crecerá tanto, lo ideal es que sea en el terreno de tu jardín.
Historia del mangave
El mangave está rodeado de dos historias sobre su origen, la primera asegura que esta planta fue descubierta en pleno siglo XXI gracias a los horticultores que se dedicaban a recolectar semillas de manfreda, una género que pertenece a la familia Agavaceae, en zonas desérticas de México. En estas siembras habrían descubierto dos plantas muy particulares que tenían crecimiento mucho más veloz que el resto, así como una disposición natural ligeramente distinta.
La segunda historia asegura que el mangave es un fruto de polinizaciones cruzadas entre la manfreda y el agave realizadas por mano humana, y el resultado habría sido esta planta hermosa e híbrida.
De hecho, es cierto que el mangave posee características de las dos especies, como hojas con manchas de color como la manfreda y un crecimiento rápido como el agave.
Los cuidados del mangave
Como ya te contamos, el mangave es muy parecido a una suculenta, además de que tiene ciertas peculiaridades que deben ser cuidadas de forma muy rigurosa.
Sus cuidados son sencillos y debes seguirlos al pie de la letra para que tu plantita se mantenga hermosa.
Luz: el sol debe ser basto, gracias a él mantendrá su característico moteado en las hojas, la forma de su follaje y también sus tonalidades. Así que debe estar en un espacio muy luminoso, aunque sin el sol directo en las horas centrales del día. Lo mejor es que reciba la luz en horas de la mañana o durante la tarde.
Ubicación: el mangave es una planta de exterior, de hecho, es muy probable que no se te dé dentro de casa. Esta planta, pese a que es amante de los climas cálidos, tiene una resistencia extraordinaria a las bajas temperaturas y tolera hasta por de bajo de los cero grados. Claro, para que sobreviva al frío es importante que su suelo no esté húmedo con regularidad.
Riego: si sabes cómo es el riego de las suculentas, entonces no habrá nada de lo que debas preocuparte. En el caso del mangave, lo mejor es que esperes a que el sustrato esté completamente seco para el próximo riego, de lo contrario, es muy probable que tu plantita sufra podredumbre.
Abono: aunque su crecimiento natural es muy rápido, sí necesita abono de vez en cuando. Lo mejor es que apliques uno líquido para cactus y crasas diluido en agua de riego, esto una vez al mes a partir del inicio de la primavera hasta el final del verano.
El mangave es una planta mexicana muy poderosa a la que no te podrás resistir.
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